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Hay una forma de hablar aquí en Ecuador que le puede decir un padre a su hijo o alguien que sea cercano a otro, esta palabra es “¡no seas sordo!”, es como decir “¡escucha!”. Poner atención en un mundo que va tan rápido hoy en día es muy difícil, algo siempre nos distrae y nos perdemos lo importante cuando no oimos a Dios. Si el pueblo de Israel escuchaba la voz de Dios ellos serían su especial tesoro sobre todos los pueblos de la tierra Exo.19:5; no se puede pasar por alto “El Shema” Deut.6:4-5 “oye Israel”. Sabemos que el pueblo de Israel fue “sordo”, en lenguaje ecuatoriano.
Nosotros nos recuerda en el Nuevo Testamento de oír a Jesús Mateo 17:5. Pedro les recuerda a los judíos que que debían escuchar a Jesús, que era el profeta que Dios envió Hechos 3:22-26. Seremos juzgados por las palabra que nos habló Juan 12:48.
Por último debemos escuchar lo que los apóstoles del Señor nos comunicaron la palabra de Dios (Juan
13:20; 1 Juan 4:6; Lucas 10:16; 2 Pedro 3:2; Hebreos 2:1-4).
En la Palabra de Dios es donde podemos escuchar a Dios y podemos hacer su voluntad, debemos óir a
Dios y no ser “sordos”, espiritualmente, podemos ser como el profeta “.....habla, porque tu siervo
oye”. Dios nos bendiga.
Aunque Pablo pudo mandar como apóstol, no lo hizo, él prefirió pedirle a sus hermanos.
Muchos opinan que estos debieron ser los ancianos en Tesalónica, pero no deja de ser cierto que algunas congregaciones que sin tener ancianos son dirigidas por lideres competentes hasta que se establezcan ancianos según los requisitos bíblicos. Ya sean estos evangelistas, varones que trabajan y ayudan en los servicios, en la enseñanza , predicación y necesidades de los santos, que han dado pruebas de su integridad y santidad.
Reconocer , respetar, considerar, honrar, tener en cuenta a, apreciar, prestar atención. El reconocimiento a los que trabajan como lideres en la Iglesia es primordial para una buena relación de hermanos. Deben haber un liderazgo para que pueda nacer de ahí nuevos ancianos y poder guiar al rebaño del Señor. Os presiden en el Señor. “estar delante” , sus lideres en el Señor. os amonestan. Amonestar, exhortar . “y que los tengáis en mucha estima y amor. Considerar, creer, estimar. por causa de su obra, Sus lideres deben ser amados y respetados, no de una forma fría, sino pensando en el trabajo que están haciendo en el Señor. Conozca a sus lideres, mientras no conozcamos a nuestros lideres no se puede tener el respeto y amor por ellos, no se podrá ver el trabajo que hacen como Dios quiere que lo veamos. No se trata de respetarlos como si fueran reyes o príncipes de este mundo, sino que la razón debe ser respetarlos por el trabajo que están haciendo; donde ese respeto, y gratitud y amor nacen por el servicio en el evangelio que están haciendo.
Recuerde que sus lideres no son personas perfectas pero necesitan de:
Su oración, apoyo, respeto y ayuda..
El rey David aprendió desde muy joven lo que era un pastor y sabía el
cuidado que tenía un pastor por las ovejas, él comprendió mejor que nadie que la vida era difícil, paso por altos y bajos; perseguido por Saúl, estuvo en pecado, problemas familiares, traición, muerte de sus
hijos, etc. David aprendió lo duro que era la vida y sabía de momentos en que las tormentas de la vida
golpeaban duro. Cualquier persona pudo dejar a Dios con todos estos problemas, pero no David, el dijo en el Salmo 23:
“"Jehová es mi pastor; nada me faltará"”
El Señor es mi pastor nada me faltará, la confianza que muestra David es de uno que sabía como caminar con el Pastor a través de la vida, podía decir que nada le faltaría y que le cuidaría, lo que aprendió era que en la circunstancia que estuviera el Señor estaría con él:
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Los cristianos han aprendido el Salmo 23, lo conocen de memoria, pero los cristianos que han pasado
por los valles de sobre y de muerte, que han sufrido y han tenido que caminar de la mano del Señor,
pueden decir “El Señor es mi pastor nada me faltará”; mientras caminamos en esta tierra debajo del
sol, como extranjeros y peregrinos, aprendamos a caminar de la mano del buen Pastor.
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